Nos habéis perseguido a todos.
Primero fuisteis a por los jubilados pero como vosotros tenéis la
jubilación asegurada, no os importó hacerles daño. Después fuisteis a
por los enfermos, los discapacitados, los dependientes y como vosotros
no tenéis problemas de dinero, no os importo cargar a las familias con
un peso que no pueden soportar. Entonces fuisteis a por los
funcionarios, los médicos, los profesores. Fuisteis a por nuestra
sanidad y a por nuestros colegios porque vosotros tenéis los vuestros
asegurados. Protestamos y no os importó enviarnos a los antidisturbios a
que nos hicieran daño.
No os importó que hubiera
millones de parados y fuisteis también a por ellos. Les quitasteis un
pedazo de lo poco que les queda y les gritasteis que se jodan en mitad del Parlamento.
Y empezasteis a jodernos a todos los demás, a la cultura, a los
mineros, a todos los contribuyentes. Fuisteis a por todos nosotros y no
os importó hacernos daño para no hacérselo a los vuestros. Los bancos
vinieron a por nosotros y vosotros nos quitasteis los cuatro cuartos que
nos habían dejado en los bolsillos. Ellos nos robaban, vosotros hacíais
negocio con nuestro dinero. Volvimos a protestar y nos disteis la
espalda de nuevo.
No queríais ver cómo la gente saltaba por las ventanas o se colgaba del cuello.
Los bancos que nos habían puesto la soga iban a por los que menos
tenían y les dejasteis hacer. Dejasteis que se aprovecharan con las
preferentes de los más indefensos y vulnerables y jamás perseguisteis a
los timadores. Dejasteis que algunos se quitaran la vida angustiados por
su desahucio. Les empujasteis al vacío sin mover un solo dedo y
permitisteis que pelotones de policía siguieran sacando a la gente de
sus casas a empujones. Podríais haberlo evitado pero seguíais mirando
para otro lado.
Los jueces españoles y el tribunal
europeo han decretado que las hipotecas españolas son ilegales y
abusivas y a ninguno de los dos les habéis hecho caso. Miles de personas
en la calle y un millón y medio con su firma, os han pedido parar esta
sangría y habéis tratado de escaparos de ellos. Nos disteis unas medidas
insuficientes que no sirvieron para nada y ahora nos volvéis a ofrecer
un simulacro de solución en diferido. Os pedimos pan y nos dais migajas.
Os pedimos ayuda y nos dais antidisturbios. Os pedimos que nos echéis una mano y nos la echáis al cuello.
Ahora van a por vosotros y reclamáis que os amparemos pero ya no queda
casi nadie de nosotros que lamente lo que os está pasando. Os toca
sentir lo que sienten los perseguidos. Ahora nos pedís la justicia que
vosotros nos habéis negado. Invocáis la democracia que habéis destruido y
el respeto que no nos tenéis. Exigís que se respeten los derechos que
no habéis respetado. Llamáis terroristas a los que os persiguen pero
sois vosotros los que los habéis aterrorizado. Nos llamáis golpistas mientras nos moléis a golpes. Hay que ser muy miserable para llamar acosador al acosado.
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